Desde la Comunalidad

Jaime Martínez Luna

Guelatao de Juárez, Oaxaca

Los Neozapatistas cumplen años. Nunca hemos sido celebrantes del tiempo. Sin embargo, en esta ocasión vale la pena reflexionar sobre esta celebración.

Venidos de distintos lugares, el ánimo zapatista reunió una energía que se ha convertido en un camino a seguir.

Despojados de sus territorios, agredidos sistemáticamente durante más de cinco siglos, los pueblos originarios Tzotziles, Tojolobales, Choles, Lacandones y muchos más, juntaron energía y fortaleza para decir BASTA, a la serie de crímenes que envuelven todavía su existencia.

Esta actitud ha sido permanente desde la invasión. Todo pueblo originario ha sabido que su territorio es su vida y la explicación de su existencia, ha respondido de muchas maneras al despojo y a la imposición de una manera de razonar que no es la suya.

Los pueblos originarios nunca se han sentido dueños del territorio sino parte de él. Es la integración de una visión de respeto profundo al suelo que define su actuar.

Los Zapatistas convencidos de su pertenecer al planeta que respiran, no ven en las cosas un bien a vender o enajenar, o una separación entre el mundo material y el espiritual. Por lo contrario, para ellos todo es unidad que les define.

Su lucha contra el Poder, sea este gubernamental, empresarial o Religioso, es continuidad de toda esa energía que han sembrado por milenios nuestros ancestros.

Podemos bailar otros ritmos, pintarnos de otros colores, vestirnos de ropaje mercantil, incluso usar los celulares de la modernidad tecnológica, pero no dejaremos de ver nuestra existencia en el otro, al que recíprocamente le ofrecemos el sudor de la labor para hacer nuestras casas, satisfacer las necesidades y solucionar los problemas.

La lucha zapatista se inspira. Y reafirma su pensamiento en la lucha de todos los pueblos del mundo al que se les despoja de su energía vivencial.

El primero de enero de 1994, su color y su energía militar invadió espacios cotidianos del Poder establecido, un Salinas Presidente despertó de su sueño tecnocrático y liberal. Ante un ejército de jóvenes deseosos de otro mundo que les permitiera ser lo que son y somos. Un sueño acariciado por siglos que se convertía en las bases de una Civilización Otra, sustentada en principios antiquísimos que a la luz de la historia se convertía en Nueva.

Mucha sangre derramada ante un ejército oficial que tiene el mismo origen, pero obediente de otras consignas.

Mucho cambio, pero nada cambió. Nosotros adquirimos mayor seguridad en nuestras reivindicaciones de pueblos originarios. Y nada cambió porque permaneció la ignorancia sobre quienes somos los originarios de estas tierras. El por qué razonamos y actuamos distinto. Se nos reconoció en la Constitución, pero en su propio lenguaje y razón. La cuestión sigue igual.

Los Zapatistas han tenido que usar el lenguaje convencional: Libertad, Democracia, Justicia, incluso han jugado lo juegos de la representatividad. ¿Por qué lo hacen? Sus razones las tendrán. Han logrado tener autonomía del Estado.

¿Qué es lo que no entiende de los Zapatistas la sociedad mexicana y principalmente el Estado y la Academia? ¿Por qué los empresarios miran solo la riqueza de nuestros suelos y la energía de nuestra mano de obra? Esto, lo seguiremos intentando responder en la próxima entrega.

Imagen: Mural zapatista.

Colaboraciones anteriores:

Educación Comunal

El individuo es una comunidad

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor deja un comentario
Por favor ingresa tu nombre