Feria del maíz en Tlaxcala cumple 25 años

Tercera generación de mujeres artesanas que trabajan con la hoja del maíz, originarias de la comunidad Vicente Guerrero.

Promueven técnicas agroecológicas, intercambio de saberes y semillas nativas.

La edición 25 de la Feria del Maíz y otras Semillas Nativas festejó la vida y la diversidad en la comunidad Vicente Guerrero, Tlaxcala. Pánfilo Hernández Ortiz, coordinador del Grupo Vicente Guerrero (GVG), enfatizó el rechazo a la entrada de semillas transgénicas en México y aplaudió la conservación e intercambio de los maíces nativos.

El pasado 11 y 12 de marzo se realizó la feria del 2023 y durante su inauguración el coordinador de la organización indígena y campesina, dijo que en estos eventos se intercambian saberes y técnicas agroecológicas entre productores. También resaltó que desde el grupo se protegen a las semillas nativas de la agroindustria desde varios frentes como el legal, con información y difusión y la vinculación que se propicia en las ferias.

Hernández Ortiz mencionó que en las ferias se informa sobre la problemática a nivel estatal, nacional y mundial sobre la situación del maíz y la amenaza de aquellas semillas que son transgénicas. “Es una preocupación porque las empresas agroquímicas presionan mucho a los gobiernos para que las semillas transgénicas desplacen a las nativas”, expresó.

La semana pasada Canadá y Estados Unidos solicitaron consultas formales a México entorno a las limitaciones para importar maíz transgénico y otros productos agrícolas transgénicos.

Aspecto de la 25° Feria de Maíz en la que participaron 90 productores, de las cuales 50 fueron campesinas.

Cosecha de los primeros 25 años de festejar la vida y la diversidad
De acuerdo con la Secretaría de Impulso Agropecuario de Tlaxcala, la producción agroecológica de maíz nativo superó en 140 kg por hectárea a la producción agroquímica. En el caso del maíz criollo la producción basado en agroecología superó en 320 kg por hectárea a la producción agroquímica. En cuanto a los costos de producción, en los sistemas de agricultura que emplean técnicas agroecológicas se redujeron en un 50%.

Entre música y bailes tradicionales, Alicia Sarmiento Sánchez, integrante del GVG, indicó que el riesgo de la agroindustria y sus semillas mejoradas es que vienen rodeadas de paquetes tecnológicos que “han provocado erosión, infertilidad en la tierra, nos han quitado biodiversidad. Estamos en contra de ello porque es un peligro para la vida”.

Por su parte, Pánfilo Hernández destacó que las ferias son espacios de encuentros con aliados como instituciones educativas, organizaciones, colectivos y con grupos de trabajo que apoyan en comunidades de Tlaxcala.

Para celebrar los 25 años de la Feria, la organización fue acompañada por sus autoridades comunitarias, por productores locales y de otros estados, por unas cuatro mil personas visitantes, al festejo se unieron organizaciones como Sin Maíz No Hay País y representantes del gobierno como Víctor Suárez Carrera, subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria y la senadora de Morena Ana Lilia Rivera.

Víctor Suárez reconoció la importancia del grupo en la defensa de los maíces nativos contra los modelos de agricultura que tratan de imponer las empresas trasnacionales. Recordó que la organización indígena y campesina impulsó la primera ley estatal de protección de maíces nativos.

El subsecretario enfatizó: “No vamos a permitir que nos amenace el gobierno de Estados Unidos, las grandes trasnacionales como Bayer-Monsanto, que quieren imponer un solo modelo de agricultura y alimentación en el mundo. Es un modelo de imperialismo alimentario, de colonización de nuestra agricultura y alimentación”.

Ofrenda de maíces, calabazas, frijoles, copal, flores y velas.

Participan en la demanda colectiva vs el maíz transgénico
La organización comunitaria está adherida a la demanda colectiva, en alianza con la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País, para evitar que los permisos de maíz transgénico “se liberen aquí en México y que contaminantes como el glifosato no se sigan usando”, dijo Pánfilo Hernández.

Para Alicia Sarmiento, la también responsable del programa de soberanía alimentaria, género e incidencia política en el grupo ambientalista, las potencias económicas y la agroindustria “lejos de vernos como sujetos nos ven como objetos”, señaló. La integrante de la organización indígena y campesina con 45 años de trabajo y 25 años con la asociación civil, enfatizó que en el GVG el papel más importante lo juegan las mujeres.

“Somos las que estamos rescatando el maíz, la biodiversidad, la alimentación tradicional y la identidad cultural como nahuas”, y añadió Sarmiento Sánchez, “somos las que cuidamos, protegemos, seleccionamos y mantenemos nuestra biodiversidad y, sobre todo, nuestro maíz”.

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