Desde la Comunalidad

Jaime Martínez Luna

Guelatao de Juárez, Oaxaca

Mucho se habla de autonomía en estos tiempos. Pero el término se presta a muchas confusiones. La mayoría piensa que es ser autosuficiente, que más bien puede decirse: independiente. Todos tienen claro que es tomar decisiones por vía propia, de lo que se va a hacer y de quién ha de representarlos. Pero todas las entidades que hablan de autonomía, dependen financieramente del Estado o de fondos institucionales, internacionales o privados. Por lo cual, uno se pregunta si una entidad es autónoma dependiendo de otra en materia económica.

Al comentar esto, no se critica a quienes demandan o se sienten autónomas, el propósito es básicamente dejar en claro el concepto.

El propio Estado, llama autónomos a los organismos que tiene gobernabilidad propia y libertad en su labor. Hablamos del INE, por ejemplo, que financieramente depende del Estado, pero en quien lo representa y en lo que hace, lo puede llevar a cabo por propia decisión. Aunque puede cuestionarse si en verdad ellos nombran a sus directivos, y si lo que hacen no está normado previamente en las leyes, lo que cambiaría o serían menos autónomos.

Esto mismo sucede con las Universidades Públicas, llamadas autónomas. Su financiación proviene del Estado, una entidad federativa que la erige y el gobierno federal. Cierto es que la Universidades autónomas definen las particularidades de su hacer: planes de estudio, libertad de cátedra, eligen a su Rector, pero dependen financieramente.

Lo mismo se observa en los organismos civiles no gubernamentales. Que, sin embargo, tienen que responder a formatos establecidos por la institución donante, cosa que les obliga a rediseñarse de acuerdo al lenguaje y propósitos de la instancia financiadora de sus actividades.

El caso es que la Autonomía, no supone independencia integral, todas dependen financieramente de otras fuentes. Esto quiere decir que no son autosuficientes. Y que por lo mismo están sujetadas a las intervenciones del Estado o de otras fuentes de financiamiento.

Por lo tanto, deberíamos hablar de Autonomías Relativas, en la medida que no existen Autonomías absolutas, y que más bien, si hay organismos autosuficientes estos son independientes.

Aunque lo AUTO, proviene de un razonamiento individualitario, deberíamos pensar en la Comunomía. O Comunal determinación, en lugar de seguir utilizando el Auto. No nos debemos preocupar por esto último, debido a que durante casi dos siglos la gran mayoría habla el Castellano o el Español como primera lengua, y eso significa cargar con los conceptos pensados y emanados de una lengua que de origen no es nuestra, que por lo contrario dictamina nuestra hablar, como seres resultado de un proceso colonial. Al que se nos ha obligado no solo a nombrar sino a entender desde sus principios de lengua colonial.

Un ejemplo es el Poder, que se ha convertido en la obcecación de todo individuo, creado a través del razonamiento colonial.

Por lo tanto, Autonomía es una expresión individualitaria por lo mismo egoísta. Sabiendo que lo que se quiere dar a conocer en una connotación colectiva o Comunal en sentido Natural, se hace necesaria su reflexión, para no seguir hablando en español, realidades que no son nombradas ni imaginadas como es lo Comunal.

De nueva cuenta, reconozcamos estar amarrados a una lengua colonial, lo que nos lleva cotidianamente a crear nuestro propio lenguaje, aunque sea en Español, tomando como referencia ilustrativa nuestros idiomas propios.

Imagen: Enrique Flores (San Pablo Huitzo, Oaxaca, 1963). Madre Feliz.

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