Los mercados orgánicos llegan al sur

Lo orgánico no debe ser inaccesible: Mercado Alternativo de Tlalpan


Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 13 de mayo de 2014

Una comunidad de productores, expositores y consumidores conscientes hacen posible que el “bum” de los mercados orgánicos llegue a las tierras sureñas de la Ciudad de México.

En el centro de Tlalpan, en la sede de la Casa de Cultura de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMEX), que en un tiempo fuera casa del gobierno de aquél estado, se erige el Mercado Alternativo de Tlalpan, o MAT, para los cuates.

Las puertas de la casona ubicada en Triunfo de la Libertad, núm. 9, se abren enormes para recibir al marchante con un helado de xoconostle. La prueba, un sabor dulce que no es excesivo, es cortesía de Helados Gibrán, una pequeña empresa familiar “con alma maya”, que rescata sabores tradicionales nada comerciales.

Dos jóvenes, Julia Álvarez Icaza y Liber Saltijeral, de los colectivos de producción Itacate y Cualti, idearon este proyecto luego de conocer otras experiencias similares y de participar en una actividad en la casona de la UAEMEX.

Desde el 28 de septiembre del año pasado esta comunidad de expositores y consumidores hizo el mercado cada mes con hortalizas, café, mermeladas, chocolate, miel, conservas, pan, lácteos, carnes, huevo y verdaderas rarezas. Actualmente el mercado se pone cada 15 días.

Lo alternativo
Un pasillo largo, jardines laterales de yucas y hoja elegante, una explanada con escenario y la casa de cultura, hacen guardia a los 33 puestos de productores alternativos, sin embargo una lista de casi 100 expositores aguardan a que haya cupo.

Julia y Liber, explican que existe un Comité Central que procura que los expositores del MAT tengan prácticas ecológicas, que no usen pesticidas ni otros químicos en la elaboración de sus productos.

Defienden su postura de que el mercado es alternativo y no orgánico. “Existe una problemática alrededor del concepto de lo orgánico”, dicen. Se piensa que por ser orgánico es inaccesible y señalan no estar de acuerdo, por eso el sello del MAT es lo alternativo.

“La creación de un mercado alternativo reivindica el derecho a la alimentación, promueve diferentes tipos de organización comunitaria y propone una revalorización del sistema productivo”.

La certificación
Se mira a los productores y consumidores hablar con la confianza de quien se visita seguido. Algunos dan explicaciones profundas sobre la elaboración de sus productos.

Es el caso de Mariana Torres de las mieles orgánicas Panalli, quien llevó a cabo una cata de mieles de sabores, la blanquita, la amarilla mantequilla y la tradicional, cada una de ellas adquieren su sabor a partir de las flores de donde las abejas se alimentan, explica.

Como no todos los productores están certificados el MAT ha trabajado un proyecto de certificación participativa a la manera del Tianguis Orgánico de Chapingo, el sello lo otorgará un comité de tres partes: organizadores del MAT, productores y un grupo de consumidores.

Se realizarán visitas para certificar las formas de producción y se extenderán tres sellos, uno de “artesanal”, otro de “orgánico” y finalmente de “en transición”. Los expositores que lo deseen tendrán un proceso formativo para modificar su forma de producir.

Los productos
Benny produce el Yogurt Datura, que toma el nombre de una planta de poder, según explica, también conocida como el toloache. Sus yogures, muss de aguacate y jocoques portan el sencillo sabor casero.

Ignacio Zamudio es comercializador de productos de alta nutrición, elaborados artesanalmente con amaranto, chía gorda, chía pinta y alga spirulina, endulzados con jarabe de agave orgánico.

Jesús Luna, de Sollum Orgánica, describe sus productos encaminados a cuidar jardines y huertos urbanos sin el uso de químicos ni pesticidas, así como cuadros vivos y jardines verticales.

Los que más se venden son las hortalizas, el huevo orgánico, el pan y los lácteos, dicen los organizadores, aunque se aprecia que la cerveza de Cualti no se queda atrás.

Para las femen
La Lunita en Mi, es un sello elaborado por Ileana Cruz que ofrece productos con orientación ecológica, generador de economía y fuente de empoderamiento femenino.

Una amiga de Ileana revisa una postal informativa con una ilustración llamada “Begonia Menstrual 2” con técnica de monotipia con flujo menstrual. La amiga se sorprende y comienza a preguntar.

Ileana explica uno a uno los productos de su sello: la copa menstrual es un dispositivo para captar el flujo menstrual y puede ser usado hasta 10 años, describe, “yo he ahorrado cerca de cinco mil pesos en cinco años de usarla”, le dice.

La copa es la alternativa ecológica a las toallas desechables que se elaboran con algunas sustancias químicas que pueden generar reacciones y un caldo de cultivo dañino al cuerpo femenino, sigue.

La Lunita en Mi ofrece además un Freelax, especie de dispositivo para que las mujeres hagan “pipí” parada. Pero va más allá, pone a la vista la alternativa al tampón desechable, una esponja marina producida en granjas acuáticas, rugosa en principio y muy suave al ser mojada.

Para todos
Pocos son los espacios para productores como ellos, sin embargo el MAT, al ser el primero en la zona sur ha conseguido una vida comunitaria que envidiarían los más añejos mercados.

Aquí las políticas públicas no han entrado, pero tampoco tienen cerradas las puertas.

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